MI EXPERIENCIA CON LA SANACIÓN RECONECTIVA
Hace unos días vino un chico a recibir su primera sesión de sanación reconectiva y me comentó al final, cuando ya, se iba, que en el blog no había mucha información, o la que había escrita, se hacía de manera muy escueta.
Esta observación me hizo reflexionar sobre ello y la verdad es que, el chico, tenía toda la razón. La intención al crear el blog, era para servirme como “portal” de acceso a través de internet.
Cuando creé este blog, pensé que las personas que se interesasen por esta sanación en particular, habrían leído el libro “LA RECONEXIÓN” del doctor Eric Pearl, y di por hecho, que allí estaba suficiente información al respecto. Además, si se busca información en internet, sobre LA RECONEXIÓN, también existe información sobre ella.
Ahora, después del comentario que me hizo el chico, he decidido escribir sobre lo que es la Sanación Reconectiva, pero desde mi propia experiencia, es decir, lo que yo he ido experimentando con esta sanación en mí misma y en la práctica en otras personas.
Como la mayoría de las personas que se interesan por esta sanación, a mí me llegó información de su existencia, porque ya llevaba un tiempo, en que la palabra “reconexión”, “resonaba” dentro de mí.
Había ciertos bloqueos en mi interior, que interferían de alguna manera, en el desarrollo y ampliación de mi conciencia.
Yo, ya llevaba muchos años de trabajo interior y autoconocimiento, lo que se llamaría “quitar capas de cebolla”…o ir integrando la “sombra” del inconsciente. Pero ahora, me había topado con un bloqueo muy “gordo”, al que yo llamaba: “el filón del miedo”. Y me costaba mucho avanzar más allá…o, no sabía cómo hacerlo.
El “filón del miedo”, como yo lo llamaba, no era más que mi propia mente. Había llegado a un punto en mi crecimiento, en el que tenía que ir más allá de la mente, del control que la mente siempre quiere tener, interpretando todo, conceptualizándolo, intelectualizándolo, o racionalizándolo. A partir de aquí, sólo podría avanzar SINTIENDO.
Además, la única manera de acceder al Ser multidimensional que somos es: SINTIENDO.
Sentir todo lo que emerja, sin excluir nada…así…tal cual se presente…sin juicios y sin rechazos. Claro, también es verdad, que una cosa es darse cuenta del problema y otra ir más allá de la resistencia, casi paralizante, que existe en la memoria celular (sentirse separado del Todo, sensación que tenemos, desde cuando los “dioses” genetistas, intervinieron en la separación de nuestro ADN), y que sea como fuere, una no sabe por dónde “coger”, o cómo afrontar dicha resistencia.
Llevaba tiempo trabajando con esto… sentir mis propios miedos y todas las emociones que fueran emergiendo de esa memoria celular que se oponía con fuerza a la UNIDAD MULTIDEMENSIONAL QUE SOMOS.
Sabía interiormente, que algo me faltaba, algo había desconectado en mí, o mejor dicho, algo aún permanecía CODIFICADO, en mí, que dificultaba este trabajo enorme, autoconciencia que estaba realizando.
Yo pensaba que debía existir la chispa…algo, que me facilitara este trabajo que llevaba tanto tiempo haciendo en mí, algo que me decodificara y activara, la información que ya existía en mí ADN…en definitiva, que me RECONECTARA con esa parte de mí donde ya está la PERFECCIÓN. ..EL PROTOTIPO…EL PRIMER ADAN (las 12 hebras reconectadas y activadas, del ADN)
Pues sí, doy testimonio aquí, que la Sanación Reconectiva, me facilitó las frecuencias que me faltaban en esos momentos de mi evolución, para sanar o activar mi ADN y en consecuencia, superar el bloqueo que interfería, en esos momentos de mi vida, en el desarrollo de mi proceso de Ascensión (“encarnar mi Ser Superior, mi Cristo Interno, mi Cuerpo de Luz, en mi materia, en mi cuerpo físico).
Fue como adquirir una pieza del puzle que en esos momentos faltaba para seguir recomponiéndolo.
Claro, no voy a negar que el trabajo de INTEGRACIÓN o ASCENSIÓN (o activación de las hebras de mi ADN y atraer cada vez más Luz hacia mi cuerpo) continúa, pero es como si aquél gran bloqueo, por el cual me “resonaba” tanto la palabra RECONEXIÓN, desapareciese y me permitiese acceder a otras dimensiones, a reconectarme más con mi Ser Multidimensional. No sabría explicarlo mejor.
Ni qué decir tiene, que la manera de hacerme sanadora reconectiva, vino de una manera milagrosa, por utilizar la palabra que yo considero más adecuada. No me hubiese podido imaginar mejor, el plan que se desplegó sincrónicamente, para facilitarme, en todos los sentidos, el que yo pudiese viajar a Barcelona y asistir al curso que daba el doctor Eric Pearl, para formarme como sanadora reconectiva.
Esta sanación es una vía que te acerca a tu Origen, a la Verdad del Ser Solar y Galáctico, que Eres. Las frecuencias que recibirás activarán este recuerdo en tu ADN. Y quedarás sanado-integrado en muchos niveles dimensionales de tu SER. Y si estás preparado para tu INICIACIÓN SOLAR, la que reconecta las 12 hebras del ADN, también es posible que la recibas en estas sanaciones. Va a depender mucho de que sepas de qué se trata esta INICIACIÓN SOLAR y de que tengas la intención de recibirla.
sábado, 14 de febrero de 2009
MI PRÁCTICA DE LA SESIÓN RECONECTIVA
MI PRÁCTICA DE LA SANACIÓN RECONECTIVA.
Desde luego, tengo que afirmar la verdad de la máxima:” SANA A OTROS; SÁNATE A TI MISMO”.
Conforme voy ejerciendo esta sanación, voy reconectando partes de mí misma, mis otros “yoes”. Voy sanándome. Sobre todo, integrando y superando, esa parte de mí que es tan lógica o mental, que busca lo previsible, porque si no, siente mucho miedo e inseguridad de sentir que no controla el resultado de esta sanación.
En definitiva, ir transcendiendo mi personalidad dual, en cuanto a expectativas y resultados. Es decir, no saber cómo se va a producir la sanación, ni a qué parte de la persona se va a ir la “energía sabia” para sanarla, ni lo que tiene que sanar en esa persona, ni cuándo se va a manifestar la sanación, en fin, un “cheque en blanco” por mi parte. No control. Cosa que no es lo mismo decirlo que hacerlo.
Es una sanación cuántica, y la cuántica no se puede predecir. Los milagros se producen de esta manera, no siguen la lógica a la que estamos acostumbrados de la tercera dimensión, en la que todo es lineal, sigue una secuencia predecible en el tiempo-espacio. Aquí me viene la frase de Kryon: NO PIENSES COMO UN HUMANO.
En cuanto a mí respecta, durante el momento en que hago la sesión, tengo que mantenerme en el momento PRESENTE, EN EL AHORA, por encima de mis expectativas humanas, mis inseguridades, mi personalidad, mis posibles molestias físicas, o de otro tipo…etc.
Tengo que estar presente con mis cinco sentidos y con mi ATENCIÓN CONSCIENTE, durante la sesión. Eso sí, con la INTENCIÓN de servir de CANAL RECEPTIVO de la energía sanadora, la otra parte de la INTENCIÓN DE RECIBIR la sanación, corresponde al paciente. Yo no sé cómo lo sanará la energía, ni la parte del cuerpo a la que se irá, o cuerpos dimensionales (físico, emocional, mental o espiritual) que sanará, ni cuándo se producirá la sanación… Yo sólo tengo que “apartarme” y limitarme a recibir la energía. Ni el paciente ni yo, tenemos que hacer nada más, ni interpretar, ni forzar, ni enviar, ni tener expectativas de lo que va a pasar y ni de cómo tiene que ser la sanación…Sólo RECIBIR.
La Energía reconectiva, el paciente y yo, formamos una TRINIDAD, y eso CATALIZA LA SANACIÓN DESDE EL TODO LO QUE ES.
El doctor Eric Pearl, escribe en su libro LA RECONEXIÓN:
“Desde que empecé a conectarme con las energías de sanación me preocuparon dos cosas: una, que no era capaz de predecir cuál sería la respuesta de cada persona y, por tanto, no podía prometer nada a nadie; y dos, que tenía altibajos impredecibles en cuanto a las energías, de manera que podían estar al máximo o al mínimo durante días o incluso semanas, lo que me hacía sentir bastante perdido y confundido acerca de hacia dónde iba(…)
Cuando sucedía eso, a menudo encontraba consuelo en la primera frase: “venimos para decirte que continúes haciendo lo que estás haciendo”. Entonces continuaba. Sabía que era lo correcto, pero no resultaba tan sencillo como parecía. Una cosa eran cuando funcionaba, pero como iba en contra de cualquier concepto de realidad que yo hubiera tenido, y otra cosa era cuando no funcionaba. Nadie puede cuestionar el sentido del camino que recorres mejor que tú mismo. Me deprimía un poco más, pero seguía adelante (…).
Así que imagina mi sorpresa al darme cuenta de que para acelerar las sanaciones, tenía que quitarme de en medio y dejar de controlarlas. Tenía que dar un paso atrás y dejar que un Poder más elevado se hiciera cargo.
¿Quién está diciendo eso?, pensé. No puedo ser yo.
Pero estaba claro. No sólo es que la energía supiera hacia dónde ir y qué hacer sin darme la menor pista; es que cuanto menos me inmiscuía, más potente era la respuesta.
Recibe, no envíes. (…).
A estas alturas acepté realmente lo que yo había estado sosteniendo desde el primer momento, aunque sin entenderlo del todo: “yo no soy el que sana; Dios es el que sana y por algún motivo, sea yo catalizador o recipiente, amplificador o refuerzo –elige la palabra-, en la habitación sólo soy un invitado.”
“Hubo un tiempo en el que me culpaba por lo que inicialmente percibía como fallos. Al final tuve que aceptar que yo no soy responsable de la falta de sanación clara ni de la que tiene un éxito espectacular. Así que, ¿qué significa que una sesión de sanación no tenga los resultados previstos?
El problema no está en la sanación, sino en la expectativa. Solía decir que no todos tienen una sanación. Ya no creo en eso. Ahora creo que todos reciben una sanación, aunque no necesariamente la que esperaban.
Al reconocer que la “sanación” significa reconectar con la perfección del universo, nos damos cuenta de que el universo sabe lo que tenemos que recibir y lo que vamos a ganar como consecuencia de ello. La cuestión es que lo que necesitamos podría no siempre corresponder con lo que esperamos o pensamos que queremos.
Así como los sanadores deben aceptar su papel como conductores, los pacientes deben aceptar su papel como receptores. La labor del paciente consiste simplemente en estar disponible para estas energías de sanación y aceptar lo que pase. Y algo pasará. Puede ser una sorpresa.
Supongamos que te llega un paciente con una úlcera. Le das una sesión de curación, o dos o tres, pero la úlcera permanece ahí. El paciente se siente frustrado, y sientes como si tú hubieras fallado aunque sabes que no es así porque, como se suele decir, sólo eres humano. Pero unos meses después, otra vez tienes noticias del paciente. “Estoy bien”, te dice. “La úlcera mejoró. Tal vez porque después de verle, dejé de preocuparme tanto por todo, y dejé de beber y fumar, y estoy mucho mejor con mi esposa e hijos…” A veces atribuirán la curación a cualquier otra cosa menos al rato que pasaron contigo, Pero al final, realmente no importa.
Estas personas están muy aferradas al resultado, y esto es una atadura, por lo menos, que interfiere. Una atadura es una constricción, y una constricción corta el flujo de lo que te gustaría que pasara.”
Eric Pearl
Desde luego, tengo que afirmar la verdad de la máxima:” SANA A OTROS; SÁNATE A TI MISMO”.
Conforme voy ejerciendo esta sanación, voy reconectando partes de mí misma, mis otros “yoes”. Voy sanándome. Sobre todo, integrando y superando, esa parte de mí que es tan lógica o mental, que busca lo previsible, porque si no, siente mucho miedo e inseguridad de sentir que no controla el resultado de esta sanación.
En definitiva, ir transcendiendo mi personalidad dual, en cuanto a expectativas y resultados. Es decir, no saber cómo se va a producir la sanación, ni a qué parte de la persona se va a ir la “energía sabia” para sanarla, ni lo que tiene que sanar en esa persona, ni cuándo se va a manifestar la sanación, en fin, un “cheque en blanco” por mi parte. No control. Cosa que no es lo mismo decirlo que hacerlo.
Es una sanación cuántica, y la cuántica no se puede predecir. Los milagros se producen de esta manera, no siguen la lógica a la que estamos acostumbrados de la tercera dimensión, en la que todo es lineal, sigue una secuencia predecible en el tiempo-espacio. Aquí me viene la frase de Kryon: NO PIENSES COMO UN HUMANO.
En cuanto a mí respecta, durante el momento en que hago la sesión, tengo que mantenerme en el momento PRESENTE, EN EL AHORA, por encima de mis expectativas humanas, mis inseguridades, mi personalidad, mis posibles molestias físicas, o de otro tipo…etc.
Tengo que estar presente con mis cinco sentidos y con mi ATENCIÓN CONSCIENTE, durante la sesión. Eso sí, con la INTENCIÓN de servir de CANAL RECEPTIVO de la energía sanadora, la otra parte de la INTENCIÓN DE RECIBIR la sanación, corresponde al paciente. Yo no sé cómo lo sanará la energía, ni la parte del cuerpo a la que se irá, o cuerpos dimensionales (físico, emocional, mental o espiritual) que sanará, ni cuándo se producirá la sanación… Yo sólo tengo que “apartarme” y limitarme a recibir la energía. Ni el paciente ni yo, tenemos que hacer nada más, ni interpretar, ni forzar, ni enviar, ni tener expectativas de lo que va a pasar y ni de cómo tiene que ser la sanación…Sólo RECIBIR.
La Energía reconectiva, el paciente y yo, formamos una TRINIDAD, y eso CATALIZA LA SANACIÓN DESDE EL TODO LO QUE ES.
El doctor Eric Pearl, escribe en su libro LA RECONEXIÓN:
“Desde que empecé a conectarme con las energías de sanación me preocuparon dos cosas: una, que no era capaz de predecir cuál sería la respuesta de cada persona y, por tanto, no podía prometer nada a nadie; y dos, que tenía altibajos impredecibles en cuanto a las energías, de manera que podían estar al máximo o al mínimo durante días o incluso semanas, lo que me hacía sentir bastante perdido y confundido acerca de hacia dónde iba(…)
Cuando sucedía eso, a menudo encontraba consuelo en la primera frase: “venimos para decirte que continúes haciendo lo que estás haciendo”. Entonces continuaba. Sabía que era lo correcto, pero no resultaba tan sencillo como parecía. Una cosa eran cuando funcionaba, pero como iba en contra de cualquier concepto de realidad que yo hubiera tenido, y otra cosa era cuando no funcionaba. Nadie puede cuestionar el sentido del camino que recorres mejor que tú mismo. Me deprimía un poco más, pero seguía adelante (…).
Así que imagina mi sorpresa al darme cuenta de que para acelerar las sanaciones, tenía que quitarme de en medio y dejar de controlarlas. Tenía que dar un paso atrás y dejar que un Poder más elevado se hiciera cargo.
¿Quién está diciendo eso?, pensé. No puedo ser yo.
Pero estaba claro. No sólo es que la energía supiera hacia dónde ir y qué hacer sin darme la menor pista; es que cuanto menos me inmiscuía, más potente era la respuesta.
Recibe, no envíes. (…).
A estas alturas acepté realmente lo que yo había estado sosteniendo desde el primer momento, aunque sin entenderlo del todo: “yo no soy el que sana; Dios es el que sana y por algún motivo, sea yo catalizador o recipiente, amplificador o refuerzo –elige la palabra-, en la habitación sólo soy un invitado.”
“Hubo un tiempo en el que me culpaba por lo que inicialmente percibía como fallos. Al final tuve que aceptar que yo no soy responsable de la falta de sanación clara ni de la que tiene un éxito espectacular. Así que, ¿qué significa que una sesión de sanación no tenga los resultados previstos?
El problema no está en la sanación, sino en la expectativa. Solía decir que no todos tienen una sanación. Ya no creo en eso. Ahora creo que todos reciben una sanación, aunque no necesariamente la que esperaban.
Al reconocer que la “sanación” significa reconectar con la perfección del universo, nos damos cuenta de que el universo sabe lo que tenemos que recibir y lo que vamos a ganar como consecuencia de ello. La cuestión es que lo que necesitamos podría no siempre corresponder con lo que esperamos o pensamos que queremos.
Así como los sanadores deben aceptar su papel como conductores, los pacientes deben aceptar su papel como receptores. La labor del paciente consiste simplemente en estar disponible para estas energías de sanación y aceptar lo que pase. Y algo pasará. Puede ser una sorpresa.
Supongamos que te llega un paciente con una úlcera. Le das una sesión de curación, o dos o tres, pero la úlcera permanece ahí. El paciente se siente frustrado, y sientes como si tú hubieras fallado aunque sabes que no es así porque, como se suele decir, sólo eres humano. Pero unos meses después, otra vez tienes noticias del paciente. “Estoy bien”, te dice. “La úlcera mejoró. Tal vez porque después de verle, dejé de preocuparme tanto por todo, y dejé de beber y fumar, y estoy mucho mejor con mi esposa e hijos…” A veces atribuirán la curación a cualquier otra cosa menos al rato que pasaron contigo, Pero al final, realmente no importa.
Estas personas están muy aferradas al resultado, y esto es una atadura, por lo menos, que interfiere. Una atadura es una constricción, y una constricción corta el flujo de lo que te gustaría que pasara.”
Eric Pearl
HE SIDO TESTIGO DE:
“REGISTROS”, O MANIFESTACIONES, DE LOS QUE HE SIDO TESTIGO MIENTRAS REALIZABA LAS SESIONES DE SANACIÓN.
Normalmente en las sesiones de sanación que llevo hechas, siempre se ha producido algún “registro”, bien haya sido de manera visible, o en otros casos me los contaba la persona como sensaciones que había tenido durante la sesión. Ahora enumeraré algunos:
Ha habido personas que al final de la sesión me decían, que si yo les había tocado los dedos del pie, o en algunas otras zonas, a lo largo del cuerpo.
Por ejemplo, una chica abrió extrañada los ojos, porque dice que la barriga, la zona del ombligo, se le puso a “respirar sola”, de una manera exagerada. Pensó que yo estaba por esa zona, pero entonces vio que yo estaba en los pies.
Otra chica, en la primera sesión, nada más empezar, se incorporó sobresaltada preguntándome si yo la había tocado en la zona del estómago, por dentro y que le había dado mucha impresión.
Otras han notado como pulsaciones en determinadas zonas del cuerpo, que les llamaban mucho la atención, por su singularidad.
A veces, notan como los huesos de la cara y cráneo, se mueven, o tienen la sensación de movimiento involuntario, cosquilleo por dentro de la nariz…
En ocasiones me han comentado que tienen la sensación de escuchar sonidos de distintas clases, o escuchar latidos, zumbidos, o una especie de sonido de bruma, o pulsaciones…
Una chica me describió al terminar una sesión, (estando yo haciendo los movimientos por encima de su cabeza) cómo había notado, como una ráfaga de energía eléctrica le entraba por la cabeza y salía por los pies.
Otras veces se trataba de una luz entrando por su cabeza, si ella “tenía los ojos cerrados…cómo era posible ver esa luz dentro de mi cabeza”, me decía una chica tras la sesión.
En una ocasión, una chica me describió la sensación de energía muy fuerte, que le causaba algo de opresión, salía del pecho y subía a través de la tráquea, o el esófago, para salir por la boca.
En cuanto a los “registros” evidentes, yo observo, normalmente, los párpados moviéndose y como si las órbitas girasen, como en la fase rem del sueño.
Diversos movimientos en el rostro.
Pulsaciones o latidos visibles en distintas partes del cuerpo.
Movimientos o espasmos involuntarios de brazos, manos, piernas, pies…
También otras personas, me han dicho que no han notado muchas cosas, o ninguna. Como por ejemplo, mi hijo. Él estaba muy relajado, yo pensaba que, hasta se había dormido, y cuando terminó la sesión, le pregunté si había notado algo, y me dijo que no. Sin embargo yo lo observé todo el rato como se producían espasmos frecuentes en distintas zonas de su cuerpo, sobre todo brazos y piernas. Pero según él, no sintió nada.
Luego también han pasado hechos muy gratos, que no puedo afirmar si se ha debido a la sanación reconectiva, o, a qué otra cosa.
Un chico tenía que ir al médico para que le revisara cómo seguía una hernia inguinal que tenía hacía un tiempo. Se tenía que operar. El especialista, lo tenía, creo recordar un miércoles. Estuvimos haciendo las tres sesiones reconectabas, el viernes anterior y el lunes y martes, antes del médico. El especialista no le encontró la hernia por ningún sitio, así que lo volvió a citar para dentro de unos meses y ver cómo iba.
Una amiga me llamó muy preocupada porque había ido al neurólogo y le habían hecho unas pruebas en la cabeza, le habían detectado una tumoración en el cerebro, justo en las meninges, el diagnóstico era un meningioma. Ya entonces, le dijeron que se tendría que someter a cirugía para extirpárselo, así que, en el período de una semana se tendría que hacer nuevas pruebas sobre el tumor. Durante la semana que tenía de plazo, antes de las nuevas pruebas, estuvimos haciendo las tres sesiones de sanación reconectiva. Cuando recogió las últimas pruebas, me llamó toda emocionada, que lo que tenía era un lipoma (un quiste de grasa) y que no requería operación ninguna, ni tratamiento tampoco.
Otra persona, tuvo un desgarro muscular en los gemelos, estuvo durante un tiempo con la pierna hinchada y coja. Hicimos las tres sesiones de sanación reconectiva. Cuando le hicieron una ecografía para examinar cómo iba la evolución de la lesión. Le dijeron que debía haber tenido una buena rehabilitación, porque el desgarro estaba muy bien cicatrizado.
En fin, no sé, son cosas que pasaron. ¿Se curaron por casualidad? ¿Las enfermedades siguieron una evolución “normal”? ¿El primer diagnóstico estaba mal? ¿Fue por la sanación reconectiva?¿Pudo ser, o es, porque la persona se reconecta a dimensiones paralelas (teoría de las cuerdas, física cuántica) en donde una persona se “desliza” a otra dimensión, en donde existe otro “yo dimensional”, que en vez de sufrir una tumoración de etiología más importante, se queda en una simple masa de grasa?...No lo sé… El caso y la verdad, es que me limito a contar algo que sucedió y que, en su momento, fue una muy grata sorpresa para las dos.
La verdad es que para mí todos estos “registros” que observo, y las sensaciones que me describen las personas, me sorprenden gratamente…yo también me sobrecojo y no puedo menos que sonreír maravillada, de esa Sabiduría que va por encima de mi control y expectativas.
También, cuando parece que no sucede nada, pues tengo que recordar nuevamente y aceptar mi humanidad, que no depende de mí, ni de lo que yo quiera…sino de lo que el Universo sepa que esa persona necesita, y eso a mí se me escapa.
Normalmente en las sesiones de sanación que llevo hechas, siempre se ha producido algún “registro”, bien haya sido de manera visible, o en otros casos me los contaba la persona como sensaciones que había tenido durante la sesión. Ahora enumeraré algunos:
Ha habido personas que al final de la sesión me decían, que si yo les había tocado los dedos del pie, o en algunas otras zonas, a lo largo del cuerpo.
Por ejemplo, una chica abrió extrañada los ojos, porque dice que la barriga, la zona del ombligo, se le puso a “respirar sola”, de una manera exagerada. Pensó que yo estaba por esa zona, pero entonces vio que yo estaba en los pies.
Otra chica, en la primera sesión, nada más empezar, se incorporó sobresaltada preguntándome si yo la había tocado en la zona del estómago, por dentro y que le había dado mucha impresión.
Otras han notado como pulsaciones en determinadas zonas del cuerpo, que les llamaban mucho la atención, por su singularidad.
A veces, notan como los huesos de la cara y cráneo, se mueven, o tienen la sensación de movimiento involuntario, cosquilleo por dentro de la nariz…
En ocasiones me han comentado que tienen la sensación de escuchar sonidos de distintas clases, o escuchar latidos, zumbidos, o una especie de sonido de bruma, o pulsaciones…
Una chica me describió al terminar una sesión, (estando yo haciendo los movimientos por encima de su cabeza) cómo había notado, como una ráfaga de energía eléctrica le entraba por la cabeza y salía por los pies.
Otras veces se trataba de una luz entrando por su cabeza, si ella “tenía los ojos cerrados…cómo era posible ver esa luz dentro de mi cabeza”, me decía una chica tras la sesión.
En una ocasión, una chica me describió la sensación de energía muy fuerte, que le causaba algo de opresión, salía del pecho y subía a través de la tráquea, o el esófago, para salir por la boca.
En cuanto a los “registros” evidentes, yo observo, normalmente, los párpados moviéndose y como si las órbitas girasen, como en la fase rem del sueño.
Diversos movimientos en el rostro.
Pulsaciones o latidos visibles en distintas partes del cuerpo.
Movimientos o espasmos involuntarios de brazos, manos, piernas, pies…
También otras personas, me han dicho que no han notado muchas cosas, o ninguna. Como por ejemplo, mi hijo. Él estaba muy relajado, yo pensaba que, hasta se había dormido, y cuando terminó la sesión, le pregunté si había notado algo, y me dijo que no. Sin embargo yo lo observé todo el rato como se producían espasmos frecuentes en distintas zonas de su cuerpo, sobre todo brazos y piernas. Pero según él, no sintió nada.
Luego también han pasado hechos muy gratos, que no puedo afirmar si se ha debido a la sanación reconectiva, o, a qué otra cosa.
Un chico tenía que ir al médico para que le revisara cómo seguía una hernia inguinal que tenía hacía un tiempo. Se tenía que operar. El especialista, lo tenía, creo recordar un miércoles. Estuvimos haciendo las tres sesiones reconectabas, el viernes anterior y el lunes y martes, antes del médico. El especialista no le encontró la hernia por ningún sitio, así que lo volvió a citar para dentro de unos meses y ver cómo iba.
Una amiga me llamó muy preocupada porque había ido al neurólogo y le habían hecho unas pruebas en la cabeza, le habían detectado una tumoración en el cerebro, justo en las meninges, el diagnóstico era un meningioma. Ya entonces, le dijeron que se tendría que someter a cirugía para extirpárselo, así que, en el período de una semana se tendría que hacer nuevas pruebas sobre el tumor. Durante la semana que tenía de plazo, antes de las nuevas pruebas, estuvimos haciendo las tres sesiones de sanación reconectiva. Cuando recogió las últimas pruebas, me llamó toda emocionada, que lo que tenía era un lipoma (un quiste de grasa) y que no requería operación ninguna, ni tratamiento tampoco.
Otra persona, tuvo un desgarro muscular en los gemelos, estuvo durante un tiempo con la pierna hinchada y coja. Hicimos las tres sesiones de sanación reconectiva. Cuando le hicieron una ecografía para examinar cómo iba la evolución de la lesión. Le dijeron que debía haber tenido una buena rehabilitación, porque el desgarro estaba muy bien cicatrizado.
En fin, no sé, son cosas que pasaron. ¿Se curaron por casualidad? ¿Las enfermedades siguieron una evolución “normal”? ¿El primer diagnóstico estaba mal? ¿Fue por la sanación reconectiva?¿Pudo ser, o es, porque la persona se reconecta a dimensiones paralelas (teoría de las cuerdas, física cuántica) en donde una persona se “desliza” a otra dimensión, en donde existe otro “yo dimensional”, que en vez de sufrir una tumoración de etiología más importante, se queda en una simple masa de grasa?...No lo sé… El caso y la verdad, es que me limito a contar algo que sucedió y que, en su momento, fue una muy grata sorpresa para las dos.
La verdad es que para mí todos estos “registros” que observo, y las sensaciones que me describen las personas, me sorprenden gratamente…yo también me sobrecojo y no puedo menos que sonreír maravillada, de esa Sabiduría que va por encima de mi control y expectativas.
También, cuando parece que no sucede nada, pues tengo que recordar nuevamente y aceptar mi humanidad, que no depende de mí, ni de lo que yo quiera…sino de lo que el Universo sepa que esa persona necesita, y eso a mí se me escapa.
CÓMO HAGO LAS SESIONES
¿EN QUÉ CONSISTE UNA SESIÓN?
Las sesiones las hago de momento en mi casa. Lo aconsejable son tres sesiones. Aunque se pueden hacer otro número, eso depende de lo que la persona sienta.
La persona se acuesta sobre la camilla, y yo, después de haber sintonizado con su sistema, para tomar el primer contacto y de alguna manera “centrarme” para la sesión, voy moviéndome alrededor de la camilla, moviendo las manos encima de la persona, según siento que debe ser, y a todo lo largo del cuerpo, sin tocar a la persona; sintiendo la energía en mis manos, las sensaciones que me produce la energía al pasar por algunos puntos del cuerpo…etc.
Muy atenta, con todos los sentidos presentes, la vista es primordial. Recuerdo, como en la última clase impartida por el Dr. Eric Pearl (que por cierto, me puso sobre una de las camillas que tenía para demostrar las enseñanzas), el doctor nos demostró, cómo no era necesario ni tocar, ni estar cerca de las personas para ejercer la sanación reconectiva. Estas frecuencias de sanación eran tan potentes, que con sólo los ojos, mirar a la persona, esta recibía las frecuencias de sanación. Además lo demostró desde cerca y desde lejos, a muchos metros de distancia…sólo había que mantener la vista fija en el paciente. Esto es lo mismo que sucede en la física cuántica: el observador modifica el resultado.
La sesión reconectiva suele durar de 30 a 45 minutos. Luego, la persona y yo, comentamos las experiencias o sensaciones que se han tenido durante la sesión.
Las sesiones las hago de momento en mi casa. Lo aconsejable son tres sesiones. Aunque se pueden hacer otro número, eso depende de lo que la persona sienta.
La persona se acuesta sobre la camilla, y yo, después de haber sintonizado con su sistema, para tomar el primer contacto y de alguna manera “centrarme” para la sesión, voy moviéndome alrededor de la camilla, moviendo las manos encima de la persona, según siento que debe ser, y a todo lo largo del cuerpo, sin tocar a la persona; sintiendo la energía en mis manos, las sensaciones que me produce la energía al pasar por algunos puntos del cuerpo…etc.
Muy atenta, con todos los sentidos presentes, la vista es primordial. Recuerdo, como en la última clase impartida por el Dr. Eric Pearl (que por cierto, me puso sobre una de las camillas que tenía para demostrar las enseñanzas), el doctor nos demostró, cómo no era necesario ni tocar, ni estar cerca de las personas para ejercer la sanación reconectiva. Estas frecuencias de sanación eran tan potentes, que con sólo los ojos, mirar a la persona, esta recibía las frecuencias de sanación. Además lo demostró desde cerca y desde lejos, a muchos metros de distancia…sólo había que mantener la vista fija en el paciente. Esto es lo mismo que sucede en la física cuántica: el observador modifica el resultado.
La sesión reconectiva suele durar de 30 a 45 minutos. Luego, la persona y yo, comentamos las experiencias o sensaciones que se han tenido durante la sesión.
ACTIVACIÓN DE LAS LÍNEAS AXIOTONALES SEGÚN EL ARCÁNGE ARIEL
Activación de las lineas axiotonales según el Arcangel Ariel
Ahora el cuerpo mental, esta cáscara que-sabe-todo lo-que-es-mejor-para-nosotros ha sido abierta. Y con estas aperturas vienen Luz y Sonido, transportadas en lo que la Arcángel Ariel llama líneas axiotonales. Reactivadas, estas líneas sirven para conectar el cuerpo físico con nuestro Ser, por lo tanto con el Espíritu así como a nivel galáctico con varios remotos sistemas solares; fueron cortadas, hechas no funcionales, para que pudiéramos experimentar la separación total.
Siguiendo la red de los meridianos de acupuntura del cuerpo físico, las líneas axiotonales se conectan periódicamente con estas líneas meridianas por medio de los "puntos Spin". Los puntos Spin, pequeños vórtices esféricos de energía electromagnética, emiten frecuencias de Luz y Sonido que hacen que los átomos de una molécula giren a mayor velocidad. Ese giro molecular incrementado genera fibras de Luz, y estas fibras establecen una rejilla para la regeneración celular.
Mientras participábamos en el juego de la separación, esencialmente toda la información personal que recibíamos era proporcionada por el cuerpo mental. Esta información era limitada y errónea, pero no obstante ha sido utilizada por nosotros para crear nuestra ilusión de una realidad muy separada.
Ahora que las líneas axiotonales se han vuelto a conectar, podemos recibir energía/información de la Fuente, vía nuestro Ser.
La Arcángel Ariel indica que las líneas axiotonales y los puntos Spin son parte de nuestro modelo etéreo. Así como también lo es el nuevo sistema circulatorio axial. Este sistema conecta los puntos Spin que siguen los meridianos de acupuntura a otros puntos Spin en cada célula de nuestro cuerpo físico.
Ahora el cuerpo mental, esta cáscara que-sabe-todo lo-que-es-mejor-para-nosotros ha sido abierta. Y con estas aperturas vienen Luz y Sonido, transportadas en lo que la Arcángel Ariel llama líneas axiotonales. Reactivadas, estas líneas sirven para conectar el cuerpo físico con nuestro Ser, por lo tanto con el Espíritu así como a nivel galáctico con varios remotos sistemas solares; fueron cortadas, hechas no funcionales, para que pudiéramos experimentar la separación total.
Siguiendo la red de los meridianos de acupuntura del cuerpo físico, las líneas axiotonales se conectan periódicamente con estas líneas meridianas por medio de los "puntos Spin". Los puntos Spin, pequeños vórtices esféricos de energía electromagnética, emiten frecuencias de Luz y Sonido que hacen que los átomos de una molécula giren a mayor velocidad. Ese giro molecular incrementado genera fibras de Luz, y estas fibras establecen una rejilla para la regeneración celular.
Mientras participábamos en el juego de la separación, esencialmente toda la información personal que recibíamos era proporcionada por el cuerpo mental. Esta información era limitada y errónea, pero no obstante ha sido utilizada por nosotros para crear nuestra ilusión de una realidad muy separada.
Ahora que las líneas axiotonales se han vuelto a conectar, podemos recibir energía/información de la Fuente, vía nuestro Ser.
La Arcángel Ariel indica que las líneas axiotonales y los puntos Spin son parte de nuestro modelo etéreo. Así como también lo es el nuevo sistema circulatorio axial. Este sistema conecta los puntos Spin que siguen los meridianos de acupuntura a otros puntos Spin en cada célula de nuestro cuerpo físico.
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